En abril se confirmó que WWE tuvo su primer caso de COVID-19 en sus filas. El día 11 se informó que una persona del staff contrajo el virus, aunque no tuvo una relación directa con el resto de talento de la compañía. Sean Ross Sapp informó en su momento de un correo electrónico en el que se nombraba a la persona infectada en cuestión, aunque no reveló su nombre.
En las últimas horas se ha confirmado que esa persona era la presentadora Kayla Braxton, quien ya comunicó en las redes sociales que contrajo el virus en marzo cuando dio positivo por segunda vez. Se dice que la directiva de WWE elogió su comportamiento. "Recibió elogios del personal de WWE y el talento con el que hablamos sobre su transparencia y cuidado por sus compañeros de trabajo", ha revelado Sean Ross Sapp en las últimas horas. "Hizo que WWE la nombrara en un memorando, así como las circunstancias en las que creía haber contraído el virus originalmente. Esa sería la última vez que WWE nombró a alguien hasta este momento".
Después de divulgarse la información de Sean Ross Sapp, WWE envió el siguiente comunicado a la prensa: "Acabamos de recibir una notificación de que (Kayla Braxton) fue diagnosticada con COVID-19. Los médicos de WWE hablaron con (Kayla Braxton) esta mañana e informaron que tuvieron contacto por última vez con alguien de WWE el 26 de marzo en el Performance Center. Como saben, (Kayla Braxton) no es un intérprete dentro del ring y creemos que este asunto es de bajo riesgo para usted según la siguiente cronología: Aquellos de ustedes que estuvieron potencialmente expuestos tendrían permiso para viajar la noche del jueves 9 de abril a más tardar, ya que la última posible exposición al personal de talentos de WWE debería haber sido al menos 14 días antes", concluyó el comunicado con la firma de Triple H.
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